Tom
no quería ir a la fiesta de Mery. estaba completamente seguro que sería una fiesta de niños pijos y estirados. también era cierto que ella no era como los demás, de todos los niños pijos esos ella era de las más bastas. igualmente seguía siendo uno de ellos y esto lo sabíamos todos.
llamé a scotty con un silbido. él sabía que quería decir. vino corriendo hacia mi y empecé andar con pasos lentos. él no se movía de mi lado.
hacía mucha calor, en vez de estar a medianos de julio parecía que estuviésemos en agosto. era horrible y para terminar de rematar lo en madrid no había playa ¡jódete!
al llegar a casa subí las escaleras de dos en dos, entré en mi habitación, me quité la ropa menos los boxers dejándola por el suelo y me tumbé en la cama con la ventana abierta del todo. de allí ya no me levantaban.
poco a poco los ojos se me fueron cerrando, más por el aburrimiento que por el cansancio. dormí como unas dos o tres horas olvidándome completamente de la fiesta.
"me encontraba en un parque, estaba lleno de niños felices que jugaban con sus amigos sin tener que preocuparse por nada, gente mayor, familias, gente paseando a sus mascotas, disfrutando del día... todos los que se encontraban allí creían que la vida era maravillosa. estúpidos.
en el fondo vi, de pasada, un niño pequeño que se parecía a mi. no me pude fijar bien en él. la gente que pasaba por allí me impedía hacerlo. empecé andar, cada paso me acercaba más a ese niño que había captado toda mi atención. cuando estuve a unos pocos metros de él pude ver claramente que ese niño no era un desconocido que se parecía a mi, si no que era yo de pequeño.
estaba solo. miraba a los otros niños como jugaban con cara de asco. no quería estar allí. no quería jugar con esos niños. quería a uno en especial que se encontraba a muchos kilómetros de allí.
me dí cuenta de que uno me observaba con cara de curiosidad. finalmente decidió acercarse a mi aunque fue con algo de miedo y nervios.
- ¿quieres jugar? - me preguntó amable y amistosamente. ¿quería que fuéramos amigos? me enseñó el balón de fútbol con una sonrisa en su cara.
lo miré con desprecio, a él y al balón, no sé dió cuenta. lo miré por unos segundos. pasaba mi mirada de él al balón y al revés. finalmente asentí y sonreí con malicia y maldad.
me pasó el balón, lo cogí con una falsa sonrisa en mi cara. empezó a correr, me llamaba con la mano diciendo me que chutara el balón y se lo pasara sin quitar la sonrisa de su cara. esta se borro cuando vió lo que hice. me giré dándole la espalda y con esa sonrisa de superioridad y maldad chuté el balón enviandolo a la otra punta del parque. su cara decía perplegidad, confusión y sorpresa. me giré y seguí sonriendo. no se creía lo que acababa de hacer.
-¡Tom! - me llamaron"
-tom diesoerta - oí que me llamaban. aunque estaba a mi lado parecía que estubiésemos separados por muchos kilómetros.
no hice caso a la voz y di media vuelta dándole la espalda.
-tom haz el favor - seguía molestado.
-¡vete! - le ordené mientras intentaba cojer el sueño de nuevo.
-son las siete. la fiesta de mery está a punto de comenzar.
-me parece genial - dije más borde. quería dormir - felicitala de mi pobre - ma tapé la cabeza con la almohada para impedir el paso de la luz .
-vamos - insistió de nuevo. que pesado podía llegar a ser.
noté un peso muy graqnde en mi espalda. bill se había sentado encima mio y seguía insistiendo como si fuera un niño pequeño. agarré la almohada con fuerza al notar que el tonto de mi hermano pequeño intentaba quitarmela. estaba más dormido que despierto.bill, con su poca fuerza, pudo arrebatarmela. me sorprendí mucho.
me di la vuelta, lo miré con mala cara. bill seguía encima mío.
me estaba meando y con mi querido hermanito encima de mi barriga no ayudaba mucho a que pudiera aguantarme.
-vamos levantate para ir a la fiesta - una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en su cara.
- primero sal de encima, segundo no iré a la fiesta.
-¿por qué no quieres ir? - me miró algo sorprendido por mi respuesta - ¡u amas las fiestas!
-estará llena de niñas pijas y estiradas.
-tom... con esas son con las que más te gusta jugar - me miró mal. se había dado cuenta de que no quería ir porqué tenía mucha pereza.
- bueno no quiero ir. ya esta - pensé unos minutos...¿ cómo sabía bill lo de la fiesta? yo no se lo había dicho... decidí reguntarselo- ¿cómo... sabes tu...?
-laura me lo ha dicho - dijo antes de que yo pudiera terminar mi pregunta - ¿vendrás? - preguntó emocionado. aun tenía esperanza.
-me da mucha pereza - le confesé finalmente. me tapé los ojos con la mano y bostecé
-nos vas a dejara a ivan y a mi solos? - dramatizo haciendose el herido.
-si - sonreí.
-vamos tom - se quejó de nuevo. se levantó de la cama y empezó a tirarme del brazo intentando que me levantar de mi cama.
-como me tires de la cama te meto una hostia- lo amenacé mirándolo mal
-pues levanta tu culo - me miró mal y soltó mi brazo.
-eres un plasta - me rendí y me levanté.
conocía a bill a la perfección y sabía que no se largaría y se perdería por la casa hasta que accediera.
-sólo media hora - me levanté de la cama.
-los dos sabemos que...
-si muy bien bill - empecé a empujarlo hacia la salida mientras se quejaba (pero tom que no he terminado, tengo que decirte mas cosas...)
se dio la vuelta para seguir hablando, antes de que pudiera empezar le cerré la puerta en sus narices.
después de esto corrí al baño a mear. no podía aguantar más.
salí de allí y observé detenidamente mi habitación: era una pocilga.
busqué entre toda la ropa tirada por el suelo ropa interior limpia. nada. busqué en los cajones: tampoco.
¿dónde estaba mi ropa limpia? finalmente encontré unos en el escritorio. debajo de mi chaqueta DC.
ahora venía lo más difícil ¿ qué me ponía? lo complicado no era escoger la ropa (cogería lo primero que econtrara), si no diferenciar que era lo que estaba limpio de lo sucio. estuve media hora buscando ropa limpia por allí. a mi toda me parecía limpia la verdad. al final me cansé y cogí unos pantalones mal colgados del armario, mi jersey favorito - era negro y con una extraña calabera verde fosforito - la chaqueta DC que estaba en el escritorio y una gorra negra. de bambas pillé las primeras que encontré.
busqué el móvil y los auriculares encima de la mesa de noche y salí de la habitación. me dirigí a bajo saltando las últimas tres escaleras de golpe. bill aun no se encontraba allí. me cabreé. me hacía levantar y él aun no estaba. estúpido.
- ¡bill! -chillé.
-ya voy - apreció por las escaleras como si se hubiése transportado. bajaba mientras se ponía una chaqueta de cuero negra.
-¿ has llamado a iván? - pregunté mientras llegaba a mi lado. asintió - vamos.
cogí las llaves de la moto y la de la puerta del garage. bill me siguió a todas partes para que no me olvidara de él. me había pasado alguna vez.
le dí gas a la moto, esperé a que bill subiera y arranqué.
lo miré con desprecio, a él y al balón, no sé dió cuenta. lo miré por unos segundos. pasaba mi mirada de él al balón y al revés. finalmente asentí y sonreí con malicia y maldad.
me pasó el balón, lo cogí con una falsa sonrisa en mi cara. empezó a correr, me llamaba con la mano diciendo me que chutara el balón y se lo pasara sin quitar la sonrisa de su cara. esta se borro cuando vió lo que hice. me giré dándole la espalda y con esa sonrisa de superioridad y maldad chuté el balón enviandolo a la otra punta del parque. su cara decía perplegidad, confusión y sorpresa. me giré y seguí sonriendo. no se creía lo que acababa de hacer.
-¡Tom! - me llamaron"
-tom diesoerta - oí que me llamaban. aunque estaba a mi lado parecía que estubiésemos separados por muchos kilómetros.
no hice caso a la voz y di media vuelta dándole la espalda.
-tom haz el favor - seguía molestado.
-¡vete! - le ordené mientras intentaba cojer el sueño de nuevo.
-son las siete. la fiesta de mery está a punto de comenzar.
-me parece genial - dije más borde. quería dormir - felicitala de mi pobre - ma tapé la cabeza con la almohada para impedir el paso de la luz .
-vamos - insistió de nuevo. que pesado podía llegar a ser.
noté un peso muy graqnde en mi espalda. bill se había sentado encima mio y seguía insistiendo como si fuera un niño pequeño. agarré la almohada con fuerza al notar que el tonto de mi hermano pequeño intentaba quitarmela. estaba más dormido que despierto.bill, con su poca fuerza, pudo arrebatarmela. me sorprendí mucho.
me di la vuelta, lo miré con mala cara. bill seguía encima mío.
me estaba meando y con mi querido hermanito encima de mi barriga no ayudaba mucho a que pudiera aguantarme.
-vamos levantate para ir a la fiesta - una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en su cara.
- primero sal de encima, segundo no iré a la fiesta.
-¿por qué no quieres ir? - me miró algo sorprendido por mi respuesta - ¡u amas las fiestas!
-estará llena de niñas pijas y estiradas.
-tom... con esas son con las que más te gusta jugar - me miró mal. se había dado cuenta de que no quería ir porqué tenía mucha pereza.
- bueno no quiero ir. ya esta - pensé unos minutos...¿ cómo sabía bill lo de la fiesta? yo no se lo había dicho... decidí reguntarselo- ¿cómo... sabes tu...?
-laura me lo ha dicho - dijo antes de que yo pudiera terminar mi pregunta - ¿vendrás? - preguntó emocionado. aun tenía esperanza.
-me da mucha pereza - le confesé finalmente. me tapé los ojos con la mano y bostecé
-nos vas a dejara a ivan y a mi solos? - dramatizo haciendose el herido.
-si - sonreí.
-vamos tom - se quejó de nuevo. se levantó de la cama y empezó a tirarme del brazo intentando que me levantar de mi cama.
-como me tires de la cama te meto una hostia- lo amenacé mirándolo mal
-pues levanta tu culo - me miró mal y soltó mi brazo.
-eres un plasta - me rendí y me levanté.
conocía a bill a la perfección y sabía que no se largaría y se perdería por la casa hasta que accediera.
-sólo media hora - me levanté de la cama.
-los dos sabemos que...
-si muy bien bill - empecé a empujarlo hacia la salida mientras se quejaba (pero tom que no he terminado, tengo que decirte mas cosas...)
se dio la vuelta para seguir hablando, antes de que pudiera empezar le cerré la puerta en sus narices.
después de esto corrí al baño a mear. no podía aguantar más.
salí de allí y observé detenidamente mi habitación: era una pocilga.
busqué entre toda la ropa tirada por el suelo ropa interior limpia. nada. busqué en los cajones: tampoco.
¿dónde estaba mi ropa limpia? finalmente encontré unos en el escritorio. debajo de mi chaqueta DC.
ahora venía lo más difícil ¿ qué me ponía? lo complicado no era escoger la ropa (cogería lo primero que econtrara), si no diferenciar que era lo que estaba limpio de lo sucio. estuve media hora buscando ropa limpia por allí. a mi toda me parecía limpia la verdad. al final me cansé y cogí unos pantalones mal colgados del armario, mi jersey favorito - era negro y con una extraña calabera verde fosforito - la chaqueta DC que estaba en el escritorio y una gorra negra. de bambas pillé las primeras que encontré.
busqué el móvil y los auriculares encima de la mesa de noche y salí de la habitación. me dirigí a bajo saltando las últimas tres escaleras de golpe. bill aun no se encontraba allí. me cabreé. me hacía levantar y él aun no estaba. estúpido.
- ¡bill! -chillé.
-ya voy - apreció por las escaleras como si se hubiése transportado. bajaba mientras se ponía una chaqueta de cuero negra.
-¿ has llamado a iván? - pregunté mientras llegaba a mi lado. asintió - vamos.
cogí las llaves de la moto y la de la puerta del garage. bill me siguió a todas partes para que no me olvidara de él. me había pasado alguna vez.
le dí gas a la moto, esperé a que bill subiera y arranqué.